Mirna María Lacayo Díaz es una mujer de 34 años, soltera y sin hijos, cuida a su padre y a su hermana que tiene síndrome de down, desafía las expectativas de género en su comunidad al desempeñar roles tradicionalmente asignados a hombres. Como Doctora General, trabaja en una clínica en Tocoa, Colón, y simultáneamente se encarga de la finca ganadera de su familia en Rigores, Trujillo, ubicada en el departamento de Colón. La finca se dedica al ganado con doble propósito (leche y carne).
“Me levanto muy temprano todos los días para ver todo lo que está pasando en la finca. Mi día comienza a las 3:30 am, superviso el ordeñando, luego llevo la leche al CREL SOPROLECO (atendido por Heifer) para su venta y luego me dirijo a la clínica donde trabajo. Comienzo mi jornada laboral de 8:00 am hasta las 4:00 pm. Al salir de la clínica me dirijo a la finca a revisar que todo esté bien, hablar con los trabajadores y me pongan al tanto del día y ver si hay necesidades que cubrir y demás. Usualmente mi día termina a las 7.00 pm” comentó Mirna.
Mirna ha enfrentado desafíos y discriminación de género en el sector ganadero, donde las mujeres no suelen ser parte de la ganadería y a menudo no son tomadas en cuenta. Solo tres mujeres, incluyendo a Mirna, están a cargo de sus propias fincas y llevan la leche al CREL, enfrentando la indiferencia y comentarios despectivos de otros ganaderos.
Lorem fistrum por la gloria de mi madre esse jarl aliqua llevame al sircoo. De la pradera ullamco qué dise usteer está la cosa muy malar.
Heifer Internacional mediante el Proyecto Mejorando la Productividad y Competitividad del Sector Lácteo en Honduras de USAID/TMS ha desempeñado un papel crucial en la vida de Mirna al brindarle capacitación y apoyo.
«Gracias al proyecto aprendí muchos temas; como por ejemplo sanidad animal, donde me enseñaron a cómo realizar aplicaciones de medicamentos vacunos, que anteriormente desconocía los procesos, los medicamentos, las cantidades y tenía que pagarle a alguien para que lo hiciera. Ahora gracias a estos conocimientos puedo hacer estas aplicaciones por mi cuenta» dijo muy alegre Mirna.
También recibió formación en nutrición animal, inseminación artificial y ha participado en eventos ganaderos. Esta educación le permitió adquirir nuevos conocimientos que antes desconocía, como la aplicación de medicamentos vacunos y el cultivo de pasto. A pesar de las dificultades, Mirna ha demostrado su capacidad para mejorar la finca, generando envidia entre algunos ganaderos masculinos.
Mirna enfrenta la realidad del machismo en el sector ganadero, donde su éxito se percibe como amenaza y genera rechazo. A pesar de los obstáculos y la falta de aceptación, aspira a que la finca sea auto sostenible, produciendo al menos 300 litros de leche diarios. Esto le permitiría seguir ejerciendo la medicina sin depender de ingresos adicionales.
Su historia destaca la importancia de desafiar roles de género, la capacitación y el apoyo en el desarrollo de habilidades para que las mujeres puedan prosperar en sectores tradicionalmente dominados por hombres.